Historia del café: de Etiopía a tu taza
Cafés Illes Balears
Un viaje milenario desde las montañas de África hasta tu taza
Hay algo profundamente humano en el acto de tomar café. Tal vez porque en su historia se mezclan misterio, leyenda, espiritualidad y revolución. La historia del café no empieza en una fábrica ni en una moderna tostadora. Comienza hace siglos, en las montañas de Etiopía, cuando todo era silencio… salvo por unas cabras inusualmente inquietas.
🌱 Una leyenda que lo cambió todo
Kaldi, un pastor curioso, observó que su rebaño se agitaba tras masticar los frutos rojos de un arbusto salvaje. Intrigado, los probó él mismo y sintió una energía desconocida recorrerle el cuerpo. Cuenta la tradición que llevó esas bayas a un monasterio, donde los monjes descubrieron que aquella infusión les ayudaba a mantenerse despiertos durante las largas noches de oración.
Así, entre la casualidad y la intuición, nació uno de los rituales más universales del mundo: beber café.

Imagen representativa de la leyenda de Kaldi, el origen del café.
🌍 De los templos del Yemen a las plazas del mundo
Aunque los orígenes exactos del cafeto se pierden en el tiempo, se cree que fue en Yemen donde se empezó a tostar y moler el grano, mezclándolo con agua caliente (y en ocasiones, sal). Desde allí, el café cruzó desiertos y mares, extendiéndose por la península arábiga, el norte de África y buena parte del mundo islámico.
No era solo una bebida: era compañía, reflexión, energía, cultura.
En ciudades como El Cairo, Damasco o Constantinopla surgieron las primeras cafeterías, los qahveh khaneh. Espacios que reunían a poetas, comerciantes, pensadores y artistas. En ellos se debatía, se jugaba al ajedrez y, sobre todo, se soñaba en voz alta.
Pensamiento, café y revolución
El impacto del café fue tan profundo que incluso llegó a generar tensiones. En 1511, en La Meca, se ordenó cerrar las cafeterías por temor a que sus clientes se volvieran demasiado críticos con el poder. El decreto duró poco. El café ya había echado raíces, tanto en los hábitos como en la conciencia colectiva.
Europa: del escepticismo al fervor
Cuando el café llegó a Europa, lo hizo con polémica. Algunos religiosos lo tacharon de “bebida del diablo”. Sin embargo, el Papa Clemente VIII decidió probarlo y quedó tan cautivado por su sabor que, según cuentan, lo bendijo en nombre de los cristianos. El resto es historia.
Londres, París, Viena… todas quisieron tener sus propias cafeterías. Allí no solo se bebía café, también se gestaban revoluciones filosóficas. Incluso Johann Sebastian Bach le compuso una cantata. Para entonces, el café ya no era una moda oriental: era símbolo de una nueva forma de pensar y vivir.
🌎 El grano conquista América
Durante el siglo XVIII, el cultivo de café se expandió a América Latina. Brasil y Colombia pronto se convirtieron en referentes mundiales. En Colombia, en particular, el café se volvió sinónimo de identidad nacional: cada finca, cada cosecha, es parte de una historia familiar, tejida con trabajo, tradición y mucho orgullo.

Fotografía de un cafetal en Colombia
El aroma del café dejó de ser una rareza exótica para convertirse en parte del despertar diario de millones de personas.
España: aroma de tertulia y cultura
En España, las cafeterías se convirtieron en salones de ideas. Lugares como el Café Gijón en Madrid o el Novelty en Salamanca reunieron a escritores, pintores y periodistas. Allí nacieron obras, amistades, y a veces, hasta amores. El café se volvió excusa y escenario para la conversación. Y lo sigue siendo.

Imagen obtenida de la Fototeca del Instituto del Patrimonio Cultural de España
☕ Un legado que se saborea
Hoy, en un mundo hiperconectado y acelerado, el café conserva ese poder casi mágico de detener el tiempo. Es una pausa. Un pequeño ritual personal. Un vínculo con la historia de la humanidad.
En Cafès Illes Balears, llevamos esa historia en cada grano que tostamos. Seleccionamos con mimo, respetamos el origen y celebramos el arte de preparar un café como se merece: con tiempo, con alma y con pasión.

Nuestra plantación de café en flor
Mucha pasión es lo que tenemos en nuestra plantación experimental de café de Son Ferriol.
Única en esta latitud y en el Mediterraneo.
Pronto podrás beber de un café nuestro, de Km0.
Lo que significa: sostenibilidad, reducción de huella de carbono, sin pesticidad ni fertilizantes quimicos…
Porque queremos lo mejor y porque queremos un mundo mejor. Gracias por acompañarnos en este viaje !
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